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Entrevista a Ángela Salvadores

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Reproducimos seguidamente la entrevista que ha publicado en el día de hoy el diario DEIA, a la jugadora de baloncesto Ángela Salvadores, una gran promesa de 17 años, que, a pesar de su relevancia y reconocimiento internacional, tiene claro que debe seguir estudiando para poder conseguir un empleo en el futuro, ya que es muy difícil poder vivir exclusivamente de sus ingresos deportivos. Sus compañeros masculinos lo tienen mucho más fácil en ese sentido.

Ángela Salvadores Escolta del Rivas Ecópolis

“Entreno para ser la mejor y mejorar cada día, pero tengo claro que sin trabajo no se llega a ningún lado”

Ángela Salvadores (Oviedo, 1997) está considerada como una de las mejores jugadoras del mundo de su edad y hoy y mañana estará en el Torneo Internacional de Barakaldo.

Jokin Victoria de Lecea – Sábado, 27 de Diciembre de 2014

Getxo – No todos los días se meten cuarenta puntos en un partido, y menos a Estados Unidos y en la final de un Mundial. Pero a Ángela Salvadores no le gusta hablar de eso: para ella, lo importante es el equipo y el trabajo duro. El pasado, pasado es. La ovetense mira con entusiasmo a un futuro que pasa por las américas.

Debuta en el Torneo Internacional Ciudad de Barakaldo, ¿había oído hablar de él?

-Lo conocía porque hace dos años jugaron las de la U18 también y siempre lo suelo seguir por Internet. Personalmente, tenía muchas ganas de venir porque me hace ilusión jugar con esta selección, con estas chicas, que al final también son amigas; y con este cuerpo técnico. Luego, espero que haya bastante gente en las gradas.

Será especial reencontrarse con este grupo.

-Este año ya no estoy en el Siglo XXI y, antes, a muchas de ellas las veía todos los días y al llegar a la selección no era algo tan extraño. Pero, ya no entreno con ellas día a día y venir aquí y estar con todas las de la selección, es especial. Además, aparte de amigas, somos un gran equipo.

¿Es difícil ser la referencia de un grupo de este nivel?

-Llevo jugando con estas chicas desde que tenía 12 años, al final no siento tener más presión que las demás. Cada una tiene su rol en el equipo y ellas saben que a lo mejor tengo más tiros que otras en el partido, pero está todo muy marcado y nadie se enfada. Todas sabemos que lo importante es el equipo.

¿Sienten una presión extra al estar etiquetadas como una de las generaciones más prometedoras?

-No sentimos nada especial. Nosotras venimos a jugar juntas, ganar, mejorar y preparar el verano, donde nuestro objetivo es llegar a la final y conseguir una medalla, si es de oro mejor. Nunca pensamos si somos buenas o malas, nos limitamos a jugar.

Aun así, el palmarés ahí está.

-Así es. Desde que tenemos catorce años, solo hemos perdido un partido, que fue la final contra Estados Unidos en la que caímos de dos. El resto lo hemos ganado siempre.

¿Cómo recuerda ese partido contra Estados Unidos?

-Sinceramente me sigue dando rabia porque lo tuvimos ahí, fuimos ganando. Fue un partido muy igualado y al final se decantó por su lado. Era la oportunidad de ser campeonas del mundo. Visto ahora en frío, está claro que jugamos un gran partido, pero nos sigue quedando esa rabia porque somos una generación ganadora y a nadie le gusta perder.

El partido tuvo una gran repercusión, sobre todo, sus cuarenta puntos.

-No sabía que había tenido tanta repercusión hasta que llegamos al hotel. Tenía amigas, que en su vida habían visto un partido de baloncesto, y este lo vieron. Se enganchó mucha gente. En mi caso, también se el dio mucha importancia a mi partido, pero tampoco me gusta mucho hablar de eso porque parece que jugué solo yo, pero no es así. El mérito fue de todas.

¿Cambiaría los cuarenta puntos por el oro?

-Sí. Siempre lo he dicho. Hice lo que era necesario para ganar, ¿justo me salió el partido y metí cuarenta? Sí, pero es porque se dieron las circunstancias. El objetivo no era que Ángela metiera cuarenta puntos, era vencer. Si tengo que meter dos puntos y ganamos a Estados Unidos, es algo que no solo yo firmaría, lo haría cualquier jugadora.

¿Es duro para una chica de 17 años vivir toda esa atención?

-Una de las cosas que también ha cambiado es que antes estaba en el Siglo XXI, que nadie te ve, y he pasado a la Liga Femenina, donde todo es más mediático. Personalmente sí que me ha cambiado un poco cómo me ve la gente, me conocen más. Pero no me molesta. Nadie se queja porque una niña pequeña venga a pedirle una foto, eso es gratificante. Además que la gente se interese por mí significa que estoy haciendo bien mi trabajo, si no nadie vendría a preguntar.

¿Y deportivamente cómo vive su debut en la Liga Femenina?

-Bien, porque es difícil. Quería pasar a la Liga Femenina porque quería jugar a un nivel más competitivo y con los entrenamientos del día a día estoy aprendiendo muchísimo. Estoy muy contenta de haber fichado por Rivas y me está gustando la experiencia porque no está siendo fácil y eso hace que esté mejorando.

Para una persona acostumbrada a ganar, tiene que ser duro perder tantos partidos.

-Al principio fue realmente frustrante. Hubo partidos que perdimos por poco o que jugamos bien hasta el tercer cuarto y luego nos desconcentramos. Eso, en el ambiente del entrenamiento se nota, no es lo mismo estar en un ambiente que ganas partidos que en uno que pierdes todos. Hemos dado un cambio de actitud, de mentalidad y hemos aprendido de eso. Si ya éramos un rival a tener en cuenta, en la segunda vuelta aún más.

Una etapa antes de ir a Duke.

-Tengo muchas ganas porque fue un sitio que me dejó muy buena impresión cuando fui a visitarlo. Además, la gente me da muestras de que realmente quiere que esté allí, no solo por los cuarenta puntos, y me ayuda. También es un sitio histórico, no solo en el baloncesto, sino académicamente también.

En Duke llevará el número de su ídolo.

-Sí, me pondré el 3 por Drazen Petrovic. Es un claro ejemplo de que aunque seas el mejor, no es excusa para dejar de trabajar. Por eso me gusta, porque se mataba entrenando y por su carácter ganador. He visto muchísimos vídeos de él y me los sé ya de memoria.

¿Por qué Estados Unidos?

-Quiero jugar al más alto nivel pero sin dejar de estudiar. Es algo que me han inculcado mis padres desde pequeña y tienen toda la razón. Estudiar es lo más importante. En España es imposible hacerlo y yo tuve la suerte de que Duke se interesó por mí. Es una oportunidad que no podía dejar escapar.

Eso puede abrirle una puerta a la WNBA. ¿Sueño u objetivo?

-Ninguna de las dos cosas. No lo pienso. Lo mío es seguir día a día entrenando duro para mejorar. Sin esfuerzo no lo voy a conseguir, entonces, primero trabajo y luego si llega bien. Entreno para ser la mejor y para ir mejorando día a día, pero tengo muy claro que sin trabajo no se llega a ningún lado. Por eso, ahora solo pienso en entrenar y, claro está, en estudiar.

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